El Palacio de Mafra no es solo uno de los edificios históricos más grandes de Portugal, sino también un símbolo del poder y la riqueza de la monarquía portuguesa en el siglo XVIII. Su magnificencia se refleja no solo en su tamaño – más de 40.000 m² y alrededor de 1.200 habitaciones – sino también en la perfección artística de sus interiores.
La construcción comenzó en 1717, financiada con oro proveniente de Brasil. El rey había prometido construir el palacio si tenía un heredero y, tras el nacimiento de la Infanta María Bárbara, se iniciaron las obras. Más de 50.000 trabajadores participaron en el proyecto, convirtiéndolo en una de las construcciones barrocas más ambiciosas del mundo.
Aspectos Destacados del Palacio de Mafra
- La Basílica: Inspirada en la Basílica de San Pedro en Roma, cuenta con seis órganos históricos y un carrillón de 98 campanas, uno de los más grandes del mundo.
- La Biblioteca: Alberga más de 36.000 libros, incluyendo manuscritos raros y ediciones prohibidas por la Inquisición, protegidas por una colonia de murciélagos que evita el deterioro por insectos.
- Las Habitaciones Reales: Ubicadas en extremos opuestos del edificio, reflejan el esplendor de la monarquía portuguesa.
- El Monasterio: Originalmente hogar de monjes franciscanos, con una antigua farmacia y enfermería.
Además del palacio, la Tapada Nacional de Mafra, una vasta reserva de caza real, se ha convertido en un parque natural protegido. Los visitantes pueden recorrer senderos, observar ciervos, jabalíes y águilas, e incluso participar en actividades como tiro con arco y cetrería.
En 2019, el Palacio de Mafra fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atrayendo a miles de visitantes cada año. Su arquitectura monumental, su rica historia y su impresionante biblioteca lo convierten en uno de los monumentos más destacados de Portugal.
Si visitas Portugal, no te pierdas la oportunidad de explorar este increíble sitio lleno de historia, arte y grandeza.