Templarios en Portugal
Templários en Portugal, la Orden Militar del Templo, fue fundada en Francia, más precisamente en la región de Champagne, en 1120 en el Concilio de Naplus, una de las más conocidas órdenes militares en la Europa Cristiana medieval creada para sobre todo para proteger a los peregrinos a los Lugares Santos del Cristianismo en el medio oriente Bajo ascendencia creciente del Islam.
Los Templarios nacieron primero en la dependencia de los canónigos del Santo Sepulcro, viniendo rápidamente a autonomizarse con el liderazgo de su primer Gran Maestro, Huges de Payns. Los Templarios, Freires de Cristo o Freires del Templo de Salomón, también eran conocidos, que se asociaron a su consagración religiosa por la profesión de los consejos evangélicos de Pobreza, Castidad y Obediencia, el compromiso de entregar su vida en favor de la protección de los peregrinos y De la defensa de la Cristiandad contra la amenaza del poder islámico que afrontaba a los cristianos.
La Orden del Templo, así como otras órdenes militares como la de Santiago, la de Calatrava, la del Hospital y la de Avis, ayudaba a los ejércitos de los reyes y señores cristianos en las cruzadas contra el llamado “Infiel” tanto en Oriente Medio y como en la La Península Ibérica, buscando reconquistar los territorios de antiguo dominio cristiano, entretanto conquistados por los musulmanes con las debidas compensaciones es claro.
Debido a factores aún mal esclarecidos, la Orden del Templo fue, hace setecientos años, después de casi doscientos años de existencia, sometida a un proceso trágico que llevó a su extinción, este proceso “antitemplario” liderado por el Rey de Francia, Felipe IV, Que, junto con el Papa Clemente V, consideraron la Orden del Templo culpable de desvíos y faltas graves acusándola de herejía.
Templarios en Portugal
De tal forma que el monarca francés, aunque hoy sin saber con certeza si con pruebas justas, obtener del Papa hasta la extinción de la Orden misma y hasta la condena de sus más importantes liderazgos, culminando con la muerte en la hoguera de su último Gran Maestro, Jacques de Molay, en 1314. Este proceso había comenzado aún en 1308 con una bula papal enviada a los príncipes cristianos para aclarar la situación de los Templarios y declarar la necesidad de su extinción.
Sin embargo, el rey de Portugal D. Dinis, decidió no aceptar la directiva papal que mandaba extinguir la Orden del Templo, consciente del importantísimo servicio que había prestado desde siempre y continuaba prestando en la defensa y poblamiento del territorio portugués.
A través de mucha diplomacia logró obtener del Papa una solución para acatar la extinción, no extinguiendo de hecho esta Orden de élite, sino cambiarle el nombre, manteniendo los mismos efectivos, los mismos bienes y la estructura organizativa, pero la Orden pasó a Se llama Orden de Cristo, con esta jugada de diplomacia, D. Dinis salvó a los Templarios que pasaron a ser integrados en la Orden de Cristo, en el fondo, el nuevo nombre de la Orden del Tiempo o de los Caballeros de Cristo.
Hoy sabemos lo importante que fue esta decisión de don Dinis en evitar la extinción de los Templarios en Portugal, este orden, la Orden de Cristo promover y financiar los viajes marítimos de los descubrimientos portugueses, a través del liderazgo de uno de los más famosos Grano Maestros De la Orden de Cristo, el Infante D. Henrique, Portugal quedó en la historia universal como el primer imperio global de la humanidad y el pionero de la construcción de la globalización.
Los Templarios
La Orden de Cristo comandó en el siglo XV, todo el proceso de descubrimiento de nuevas rutas marítimas y de nuevos territorios y pueblos desconocidos oficialmente, como consecuencia de la política expansionista extraeuropea promovida por la dinastía de Avis fundada por el Rey D. Juan I.
Con la conquista de Ceuta en 1415, el primer territorio descubierto oficialmente en el Atlántico fue el Archipiélago de Madeira en 1419/20, al que sucedió una serie de viajes que culminaron con la navegación de toda la costa africana, el difícil paso del temible Cabo de las Tormentas, la llegada a la India por vía marítima (1498) y el descubrimiento oficial de Brasil en 1500.
Viajes que permitieron establecer la primera gran red imperial moderna en el nuevo mundo bajo dominio portugués, en competencia directa con España, competencia que fue regulada bajo los auspicios de la Santa Sede y consagrada en el Tratado de Tordesillas en 1494 con la división del mundo en dos partes
A la luz de la teoría del Mare Clausum, para conciliar las dos monarquías cristianas en lo que se refería a la superintendencia de los territorios descubiertos ya descubrir por estas dos grandes potencias europeas. Esta construcción del imperio era acompañada, como sabemos, por la de la Iglesia Católica en los nuevos mundos descubiertos a través de la acción de los misioneros de varias órdenes, con la Expansión de la Fe.
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