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Historia del Fado es más que música; es la expresión del alma de Portugal en canciones cargadas de emoción y melancolía. Con raíces en el siglo XIX, el Fado nació en Lisboa, especialmente en los barrios de Alfama y Mouraria, como una forma de expresar los sentimientos del pueblo.

La Historia del Fado: Tradición y Emoción de Portugal

Su origen es un misterio, pero se cree que fue influenciado por varias culturas, incluyendo la árabe, africana y brasileña, reflejando la rica historia portuguesa. Inicialmente asociado con las clases populares, el Fado ganó prestigio cuando artistas como Amália Rodrigues llevaron esta tradición a escenarios internacionales.

La Historia del Fado: Tradición y Emoción de Portugal

La primera y más conocida fadista fue Maria Severa, una prostituta y amante del Conde de Vimioso, quien introdujo el Fado en la alta aristocracia. Inicialmente, el Fado se cantaba de forma espontánea en diversos lugares, como patios, corridas de toros, calles estrechas y callejones, con letras urbanas que reflejaban la vida cotidiana y estaban conectadas con la marginalidad y ambientes frecuentados por prostitutas, marineros y bohemios.

La Historia del Fado: Tradición y Emoción de Portugal

El Fado se canta tradicionalmente acompañado de la guitarra portuguesa, cuyo sonido distintivo intensifica la emoción de las letras, que hablan de saudade, amor y los desafíos de la vida. En 2011, fue reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

A História do Fado: Tradição e Emoção de Portugal

Su origen es un misterio, pero se cree que fue influenciado por varias culturas, incluyendo la árabe, africana y brasileña, reflejando la rica historia portuguesa. Inicialmente asociado con las clases populares, el Fado ganó prestigio cuando artistas como Amália Rodrigues llevaron esta tradición a escenarios internacionales.

Con el fin de la dictadura, el interés por el Fado disminuyó entre las generaciones más jóvenes. Sin embargo, en los años 80, una nueva generación de fadistas, incluida la famosa Marisa, revivió esta tradición. En 1999, falleció el ícono mundial del Fado, Amália Rodrigues, y sus ceremonias fúnebres atrajeron a unas 100.000 personas, demostrando la profunda conexión de los portugueses con esta forma de expresión cultural.

Una visita a Lisboa nunca estará completa sin experimentar un restaurante con Fado tradicional. Pregúntenos ahora cómo encontrar el mejor lugar para esta experiencia única.

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