Qué visitar en Sintra
Muchas formas tienen para llegar en Sintra, en tren, de autobús, en este artículo queremos sugerir algunos de los mejores lugares que visitar en Sintra. Una elección difícil por cierto, pero queremos ayudar.
Sabemos que la visita a Sintra es indispensable para quien visitan Portugal, especialmente para los que se quedan en Lisboa, Sintra es sólo treinta minutos de Lisboa en coche, algo así como 2 kilómetros.
Palacio de la Pena
Construido en el s. XIX, en uno de los puntos más altos de la Sierra de Sintra, en las ruinas del Convento Manuelino destruido con el celebre terremoto de 1755, el palacio tiene dos alas destinadas, del antiguo convento y la clase más «moderna» del s. XIX dibujada por el Barón Eschwege ambas rodeadas por una tercera estructura arquitectónica, en la que se fantasía un imaginario castillo de caminos con rondas con merlones y almenas, torres de vigía, e incluso un túnel de acceso con un puente levadizo.
La influencia del romanticismo alemán es demasiado evidente quizás inspirado en los castillos en los Stolzenfels y Rin Rheinstein, el rey Fernando que el portugués había construido había plantado que el parque Pena redondeará el Palacio de la forma de románticos jardines, con fascinantes caminos serpenteantes, pabellones y bancos de piedra a puntuar los recorridos, con plantas y árboles del Mundo Entero que el clima húmedo de la sierra de Sintra acabó por privilegiar.
Quinta da Regaleira
La Quinta da Regaleira es sin duda uno de los lugares para sorprendentes que visitar en Sintra, relatos nos dicen que incluso visitando todos los días, siempre encontrará algo nuevo, debido a los misterios y la magia que esta propiedad nos trae. Construida entre el final del s. Y el principio del siglo XX la Quinta da Regaleira materializa el escenario de un viaje iniciático, un jardín simbólico con referencias a la Mitología griega, al Olimpo, a la Virgilio, a Dante, a Miltom, a Camões, a la misión templaria de la Orden de Cristo, a grandes místicos y taumaturgos, a los enigmas del Arte Real, a la Magna Obra Alquímica.
Tal vez el punto culminante de la visita a la Quinta da Regaleira será incluso a su pozo iniciático, una torre invertida que se hunde por unos 27 metros al interior de la tierra, con acceso a través de nueve lances de escaleras en espiral, espacio de consagración, de connotaciones herméticas y alquímicas, donde se intensifica la relación entre la Tierra y el Cielo, la vida y la muerte.
Castillo de los Moros
El monumento más «viejo», en Sintra, el Castillo de los Moros, mejor conocido como el Castillo de Sintra es otro de los restos de la época árabe en Portugal, construido en el siglo X, con dos correas de las paredes que lo rodean de forma irregular y bloques graníticos de la propia sierra, por entre penedos y sobre empinadas acantilados. Un castillo para ser visitado por quienes no tienen problemas de locomoción.
Desde el Castillo tenemos un paisaje único con la villa de Sintra, el Palacio de la Villa de Sintra, el Palacio de la Pena y la sierra y, además de éstos, la extensa llanura al norte y el océano Atlántico.
Palacio de Monserrate
El palacio de Monserrat fue inicialmente proyectado por padre e hijo ambos arquitectos a mando de Sir Francis Cook, construido en 1858, «aprovechando» el microclima de Sintra, en sus jardines con, más de 3.000 especies exóticas que deslumbran que visita hasta hoy. de los mejores lugares a visitar en Sintra, pues al contrario de todos los otros palacios Monserrate es más cómodo, pues tienen menos visitantes.
Monserrate fue la residencia de verano de la familia Cook, construida sobre las ruinas de la mansión neo-gótica edificada por el comerciante inglés Gerard de Visme, más tarde William Beckford alquiló la propiedad en 1793, realizando obras en el palacio, empezando a crear un jardín paisajístico, sugerente ejemplo de romanticismo portugués.
De los hechos más caricatos fue haber sido visitado por Lord Byron, poeta anglo-escocés y figura grada del Movimiento Romántico que allí estuvo en 1809 y cantó su belleza en el poema «Childe Harold’s Pilgrimage».